sábado, 7 de julio de 2012

iCapsule 4S, que aprenda Apple


Aeon Flux (parte 1, que esta da para rato)

Muchas son las cosas que llaman la atención cuando esta película se ve bajo la mirada crítica de la ciencia plausible. Tantas, que, como se intuye en el título de la misma, dan para más de una entrada (aunque no, Sergio, nada superará a El Núcleo).

Algo que llama poderosamente mi atención es el sistema de comunicación que emplean los partidarios de la revolución: una cápsula introducida por via oral o semi-implantada en la piel sirve para activar un curioso entramado de comunicación.

Tal como parece darse a entender en la película, el contenido de una cápsula se disemina por el organismo al entrar en contacto esta con los ácidos del estómago o al ser presionada –cuando se lleva implantada- provocando una reacción en el sistema nervioso que pone en contacto al individuo con la líder de la organización e incluso con otros acólitos. Pero no os penséis que es un burdo enlace sonoro, no; nada más lejos de la realidad. Los personajes se presentan en forma de avatares con su propia forma en una bonita sala en la cual se encuentra su jefa. Y todo de forma puramente mental, mientras desarrollan cualquier otra actividad.

¿Cómo lo hacen? Y otra pregunta casi más procedente, ¿por qué lo hacen de ese modo?

Es de suponer, salvo que en el futuro desarrollemos la capacidad de emitir y recibir ondas electromagnéticas repletas de información –cosa que veo difícil- que los susodichos personajes llevan algún tipo de implante, y suponiendo más aún, que este se alimente, de algún modo, del calor corporal del sujeto. De todas formas, la conexión cerebral y la interfaz para enviar el pensamiento concreto e interpretar la señal recibida se antoja realmente complejo.

Pero quizá lo más interesante es por qué hacerlo así. No parece muy necesario todo el montaje audiovisual para dar unas órdenes fácilmente enviables por una comunicación sonora. Además, la activación también resulta algo extraña. Pudiendo interpretar las señales del cerebro, ¿por qué no activar el sistema mediante una orden mental?

Si la cápsula, como vemos, es la responsable de activar el sistema, ¿qué es lo que hace?
Podemos pensar que le da energía al sistema implantado para funcionar, pero entonces lo suyo sería introducirla en el propio implante, como si de una pila se tratase. Parece poco efectivo, y hasta posiblemente nocivo, introducir ese suministro energético en el propio organismo.
Otra de las disfunciones del sistema se muestra cuando uno de los personajes está atado en el fondo de una charca, boca arriba, respirando por una cañita como única posibilidad de supervivencia. Tiene la suerte de poder rascar la cápsula de marras para pedir ayuda, pero en lugar de describir a sus compañeros dónde está retenida les “envía” una imagen de lo que ella misma ve. Parece una idea poco eficiente, al menos de primeras.

Desde luego, el sistema elegido por la organización rebelde plantea un importante número de dificultades.

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