sábado, 7 de julio de 2012

Telépatas tuneros del espacio exterior

Encuentros en la tercera fase


Debe de ser que tengo algo idealizados a los hombrecillos verdes -¿o eran grises?- que tantas veces han amagado con visitarnos, si bien nunca lo han hecho. Supongo comprensible sentir admiración por una serie de tipos capaces de cruzar el inmenso espacio-tiempo, viaje largo donde los haya, y, por si eso no fuera poco, con el único fin de venir a observar a unos pobres bípedos supersticiosos. O nuestra biodiversidad nos convierte en un destino de lujo, o la implantación de sondas rectales un deporte apreciado fuera de nuestras fronteras.

El caso es que, dado lo anterior, a uno le entra cierto escalofrío cuando observa que esa especie de “héroes” se materializan en una extraña mezcla entre un poligonero adicto a los neones y una versión bajita y gris de Uri Geller (pero con poderes de verdad, esta vez).
Son precisamente estas dos cosas -telepatía y adornos vehiculares- las que dan pie a la entrada de hoy.
Como por algún lado hay que empezar, hablemos primero de los poderes que nuestros amigos parecen poseer.

Durante la película, son varias las ocasiones en que se puede observar como la aparición de nuestros amigos de algo más allá del sistema solar conlleva extrañas manifestaciones que parecen carecer de toda lógica en el contexto en que se desarrollan.

Sirva de ejemplo la escena de la habitación del niño, hacia el inicio de la película, en la que progresivamente se van encendiendo los juguetes de este último, como por arte de magia. Muchos -cada vez menos- hemos disfrutado en nuestra infancia de juguetes similares y, al menos en mi caso, recuerdo que muchos de ellos incorporaban un lindo interruptor mecánico o, los más viejos, una llave con la que darles cuerda. ¿Cómo podrían entonces un conjunto de gamberros inter-estelares asustar al pobre niño -o más bien a su madre- sólo con situarse encima del tejado?

Analicemos las opciones:

-Una sobrecarga: aceptando que esta pudiera ir dirigida al objetivo y que el campo que podría inducirla afectase sólo a aquello a lo que va dirigido (lo cual es mucho suponer), diría que freiría los circuitos de los cacharros y el pobre mono tocaría los platillos por última vez. Eso sí, el mono en llamas daría casi más miedo.

-Radiocontrol: podría colar en aparatos que incorporasen un receptor, pero no parece ser el caso.

No se me ocurre, por tanto, una forma que no sea accionando dichos mecanismos. Podría ser que un hombrecillo gamberrete bajase de la nave con su monísimo traje invisible alienígena dispuesto a mosquear al chiquillo, pero dado que no se aprecia que nadie entre en la habitación -ni por puertas, ni por ventanas- sólo me queda pensar que nuestros amigos han hecho entrar en contacto sus índices y sus sienes, han apretado sus grandes ojos negros y han hecho uso de la mágica técnica que es la telepatía –cualquiera que sea su desconocida base de funcionamiento- para mover los botoncitos apropiados y putear al pobre infante.

El segundo punto a comentar en esta entrada es el discutible gusto estético de estos personajes. ¿Quién les ha diseñados las naves? ¿El artista anteriormente conocido como “El MoReNaShO ReShUlOn”? ¿Alguien con un profundo odio por los epilépticos? ¿El dueño de hidroeléctrica?

Cuando se programa una misión al espacio uno de los más importantes parámetros es el ahorro de energía, no digamos ya si la intención es irte a tomar por culo de lejos, como es el caso. ¿Cómo se concilia eso con plagar la nave con una infinidad de lucecitas de colores? Sí, pueden ser leds, o una tecnología aún mejor que nos sea desconocida, pero, ¿para qué? ¿Quién te va a ver en el espacio profundo?

Tampoco han descuidado los "bafles", desde luego. No han tenido mejor opción para comunicarse con una raza desconocida que el sonido. Parece una opción un tanto arriesgada, viendo como varía el rango auditivo de frecuencias en las distintas especies. Sí, han podido estudiar a los seres abducidos a lo largo del tiempo, pero, puestos a ello, ¿no sería mejor aprender el idioma? ¿Usar las matemáticas, el conocido como "lenguaje universal"?
Sólo espero que si algún día recibimos una improbable visita de otros mundos, lo que se baje de la nave sea distinto a Sandro Rey o Pitbull...

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