domingo, 8 de julio de 2012

Tu madre no te dejaría meter esto en casa...

Acero puro




Los videojuegos han alcanzado un nuevo nivel en el año 2020. Las aburridas imágenes en movimiento han dejado paso a unas notablemente más impresionantes peleas de robots de más de 30.000 $ y unos 600 kilos de peso… ¿He dicho 600 kilos? Ciertamente parecen bastantes menos. Vamos a ello.

Uno de los primeros detalles que llaman nuestra atención respecto al peso de estos armatostes metálicos tiene lugar en la reinvención del toreo que presenciamos al inicio de la película.
Durante la refriega observamos como el robot con nombre de carne argentina salta con cierta facilidad por encima del encabronado animalito, apoyando un pie sobre su lomo y aterrizando tras ello con soltura en el suelo. Sin embargo, y pese al alto peso que es lógico presuponerle al engendro mecánico en cuestión, no se observa que el aterrizaje produzca la más mínima reacción ni tampoco ninguna incomodidad en el bovino, que sufre el apoyo sobre sus cuartos traseros sin inmutarse.

Unos segundos después, y gracias a un despiste del controlador del robot, el toro embiste a este último y le arranca una pierna –discutiremos esto más adelante- yéndose con ella enganchada en un asta y arrojándola de un cabezazo hacia el público, donde se ve como impacta contra un espectador, que se lamenta como si hubiera recibido un golpe mediano. Desconozco cuál es la fuerza del cuello de un toro como el de la película, por lo que voy a considerar como posible el lanzamiento; ahora bien, si una amasijo de hierros como ese de, supongamos, unos plausibles 100 kilos cayese sobre una persona, desde luego el daño sería mucho mayor que un simple golpe del que resentirse.

También son algo curiosos los “poderes” del astado. Primero vemos como le arranca la pierna al robot en una embestida, ¿es esto posible? Al menos parece improbable. Al embestir, nuestro cornudo amigo baja la cabeza y golpea al trasto metálico por debajo de su centro de gravedad, volteándolo por encima suyo; al hacer esto el golpe del impacto es menor que en el caso de mantenerse rígido e inmóvil el propio robot. ¿Cómo podría romper una articulación destinada a soportar más de 500 kilos?

Uno segundos después, y con el robot ya derrotado contra una valla, la última embestida del astado termina con este ensartando al primero atravesando la armadura de su pecho. ¿Qué clase de toro es capaz de atravesar varios centímetros de acero con sus astas?

Por si eso no fuera poco, se lo lleva enganchado sobre su cabeza como quien se pone un bombín para lanzarlo con cierta soltura un momento después. El toro pesa unos 900 kilos –lo estiman en la propia película-; parece difícil de creer que pueda levantar con tanta soltura más de la mitad de su peso.

El último detalle a este respecto nos lo proporcionan las dos niñas pequeñas que se llevan a rastras la pierna arrojada a la grada. Menudos bíceps tienen las tiernas infantes para arrastrar por si solas semejante armatoste.

Es cierto que todo lo anterior podría hacernos pensar que los robots luchadores que aparecen en la película no son todo lo pesados que se ha supuesto en un principio. Es más, aunque no se menciona en la película, navegando por la red se puede encontrar un dato de unos 90 kilos para los robots. Pero, dada la densidad del acero, de casi 8.000 kg/m3, el elevado peso de las baterías y los accionadores y engranajes con que cuentan los robots, ese dato se hace difícil de creer. Por ejemplo, como dato comparativo, una moto de 250cc ya sobrepasa fácilmente los 130 kg de peso.

Parece ser que nuestros amigos metálicos necesitan ponerse a régimen.

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